Reflexión por el Sacerdote Luis Humberto Alarcón

 


 

LOS LLAMADOS HACER COHERENTES COMO JESÚS

 

El evangelio, una vez más pone en evidencia la invectiva de Jesús contra los escribas y los fariseos, pero también enseña a sus discípulos acerca de cómo debe ser su comportamiento y a quienes no deben imitar. Las palabras de Jesús nos alertan ante el gran cáncer de la hipocresía, de la falsa, de la arbitrariedad de ciertas disposiciones o del abuso y mal uso de los títulos religiosos.

Ante el pueblo, el Señor denuncia la hipocresía de los fariseos y los escribas que distorsionan la enseña espiritual de Moisés y de los profetas, convirtiéndola en una carga insoportable para los demás. Es decir, atan cargas pesadas y abusivas, mientras que el yogo de Jesús es suave y ligero. Todo lo hacen para que los vean y en cambio el buen cristiano procura que, a los ojos de Dios, su recta intención será coherente. Con estas exhortaciones, Jesús enfatiza el equilibrio comunitario ente misión y servicio, comunión y corresponsabilidad, comunidad y jerarquía, fraternidad y servicio de gobierno de la Iglesia y de las comunidades cristianas.

Jesús siempre respetó la Ley, pero ridiculizo su concepción e interpretación farisaica, es decir, su crítica no es contra la Ley, sino contra aquellos que amparándose en ella se eximen de sus exigencias. De este modo, queda al descubierto no solo la hipocresía y vanidad de los escribas y fariseos, sino de todos los que, hoy por hoy, dicen mucho, pero no hacen nada o creen. El problema de esta “incoherencia” no estriba en la distancia en el “decir “y el “hacer”, sino que es esa distancia afecta la credibilidad de lo que se dice, por más valido que siga siendo. Urge superar el cubrir con apariencias exteriores carentes de interioridad lo que se debiera creer y vivir, pero no se vive ni se cree. Por eso, renovemos nuestra recta intención y preguntémonos: “¿Por qué hago las cosas? ¿Por amor a Dios o por vanagloria?”

“El más grande entre ustedes será el que los sirva, porque el que se ensalza ser´s humillado, y el que se humilla será ensalzado”.

 

PADRE. LUIS HUMBERTO ALARCÓN

PÁRROCO

PARROQUIA SANTO TORIBIO

CURANIPE

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