NOCHE- BUENA
Noche azul, plácida y serena… noche de luces, majestad y calma.
Hay paz, una dulce paz en las almas: es Noche- Buena.
Trina un ruiseñor en la diafanidad de esta noche.
Trina un ruiseñor y en el cristal de sus notas
Va una bienvenida al Creador…
Sonrisas de niños, angelicales y bellas
Y ojitos como estrellas, llenos de gracia y candor,
Dan también su alegre bienvenida al Creador,
En esta noche azul, diáfana y serena,
Esta noche de paz… esta Noche- Buena
(ELY, Cauquenes, 24 de diciembre de 1932)
N A T I V I D A D
(Por Leoncio Veloso Cisternas)
¡Navidad, Navidad,
El día más grandioso
¡De la Humanidad!
Nació Jesucristo,
Nació en un pesebre
Tan pobre, tan pobre,
Cual nunca se ha visto.
-Oíase en torno
Extraño concierto
Entre animalitos
Que andaban inquietos:
-Mugía una vaca,
Berreaba un ternero,
Buscando a porfía
Su lácteo sustento.
-Ella lo lamía
Con su húmeda lengua,
Y lo calentaba
Con su tibio aliento.
-Sus flancos besaba
Con sus blandos belfos,
Y lo defendía
Con sus duros cuernos.
-Pues todas las bestias,
Inquietas, querían
Hallarse muy cerca
De Aquel que llegaba
Desde el mismo cielo,
Donde, como nunca,
Brillaba un lucero.
-Los tres Reyes Magos
Del lejano oriente
Llegaron también,
Llegaron postrados
Do el Niño naciente.
-A sus pies pusieron,
Bajando la frente,
Su incienso, su mirra
Y su oro fulgente.
-San José y María
De gozo y asombro,
Lloraban, reían.
Parecíales un sueño,
Dulce y navideño,
Lo que allí veían:
Tal era el paisaje,
En el regio homenaje
De la reyecía.
-Y entre tanta gente,
Pastores llegaron también,
Llevando consigo,
Cual regio presente,
Entre negros higos,
Quesillos y miel
Para todos los niños
Del “Portal de Belén”,
Que se prosternaban
Y se descubrían
Con sonriente cara,
Ante el nuevo Ser;
Y de pura alegría,
Lloraban también.
-Y, en medio de todos,
A los pies de María,
Como una mascota,
Cual canto a la vida;
Un manso Cordero
Pascual, balaba,
Saltaba, jugaba,
Rumiaba, dormía.
-De pronto:
Un gallo altanero,
Con asombro de todos,
Al centro irrumpió
Y, por vez primera,
En la media noche,
El gallo cantó.
-Y como clarinada
Su canto vibró,
Anunciando en la tierra,
Con dulce vehemencia,
La grata nacencia
De Nuestro Señor.
-…Así fue la Noche Buena,
Con toda su bendición
De alegrías, de promesas,
De esperanza, de ilusión.
-Después el infante
Divino y sagrado;
El Niño Jesús,
-siguiendo su hado
Muy pronto creció…
-No tuvo juguetes.
Él nunca jugó…
En alegres comparsas
Tampoco cantó.
-pero ya a los doce años
Con acento extraño
Su Verbo se alzó,
y doctos, y a sabios
su divino labio
mucho les habló…
-De “Algo” muy sublime
Creado por Dios,
Que es Causa de la dicha,
Tumba del dolor;
Y con solo unas letras
Se designa: ¡AMOR!”
Y ese humano amor,
Que es la esencia
pura
De nuestro buen
Dios,
Anida en nosotros,
En el corazón…
-Después, su
palabra
Divina y sagrada,
Creció…
Y el viento alado
La desparramó…
Cruzó continentes,
Los mares cruzó
Y en esta mi
Patria,
En versos
sencillos,
Los recojo yo,
Elevándola al cielo
Como una oración
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