ADVIENTO, CRISTO YA VIENE.... SU VENIDA, COMIENZO
En
adviento, la Iglesia cambia el ciclo litúrgico- pasamos al B – y se prepara a
las solemnidades navideñas con la Encarnación del Hijo de Dios, pero también
dispone los corazones hacia la espera de la Segunda venida de Cristo al final
de los tiempos. Así, el Adviento evidencia la manifestación gloriosa y
definitiva del Señor como juez –salvador y que llama a la comunidad cristiana a
vivir determinadas actitudes espirituales, como la “vigilante y gozosa espera2
y, al mismo tiempo, a “conversión”.
Estas
actitudes espirituales no difieren mucho con las que el propio Jesús alude en
su discurso acerca de la “higuera” o “el día y la hora”. En él señala a sus
discípulos que deben estar atentos y expectantes para la próxima Venida del
Hijo del hombre. Además, les afirma que lo importante no es alimentar la
pasividad, el conformismo y el miedo, esperando el “fin del mundo”, sino
aprender a discernir los acontecimientos desde la mirada y el querer de Dios.
Las
palabras de Jesús no buscan alarmar, atemorizar o sembrar el terror, sino crear
una sana motivación en el creyente. Por supuesto que no es para vivir
angustiados, sino para ser cautelosos y saber reconocerlo en medio nuestro. Es
cierto, que el Adviento nos remite a las venidas de Jesús como su Encarnación o
su presencia permanente en la comunidad, por medio de su Espíritu Santo. En
este sentido, Cristo vino ayer, pero viene también hoy y vendrá mañana. Sin
duda, que esta es una noticia extraordinaria porque no esperamos algo,
esperamos a Alguien. No anhelamos una espera sino una Esperanza, como tampoco
unos bienes sino al Bien Absoluto. Por eso hemos de preocuparnos más no tanto
por cuando vendrá el Señor, sino qué estamos haciendo para encontrarlo en
nuestra vida cotidiana.
“Tengan
cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento”.
PADRE. LUIS HUMBERTO ALARCÓN
PÁRROCO
PARROQUIA SANTO TORIBIO
CURANIPE
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