Cauquenes Tierra de Poetas

 

 



LA NOCHE MIRA HACIA EL PONIENTE

 

La noche urde

en silencio,

esos eslabones misteriosos

que distraen y alejan 

la muerte.

 

La noche mira

hacia el poniente,

inexpugnable,

como si estuviese arriba 

y encima de todo.

 

La obscuridad

nos obliga a otear

desde lejos,

a palpitar a tientas

ese territorio secreto

donde se reúnen

los vestigios olvidados

de la tribu.

 

La noche acomoda

su mejor silueta

y reposa en su orgullo

de ladrido y de sombra,

impenetrable,

como si estuviese arriba 

y encima de todo.

 

La noche,

esa liturgia sagrada

que enhebra olores

y desangra recuerdos,

esa armadura suave

que repliega

y recoge los días,

esa planicie ingobernable

que protege el mejor secreto

de las palabras,

esa vibración insomne

que tuerce,

el asedio inexorable 

de las horas,

esa cofradía de grillos

que suenan y que esconden,

la luminosa fragancia

de cerrar los ojos

y honrar en soledad,

esa permanencia frágil

de ser y de estar.

 

La noche mira 

hacia el poniente,

inexpugnable,

como si estuviese arriba

y encima de todo.

 

CARLOS ASQUET JAQUE

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