Conociendo Nuestros Artesanos y Artesanas

 



 CONOCIENDO NUESTROS ARTESANOS….

 

=NOMBRE: MIRIAM LARA

COMUNA: CAUQUENES

OFICIO/MATERIALIDAD: LOCERA DE PILEN

TELÉFONO: +56 9 92582619

 

           

 

¿CÓMO LLEGÓ A LA ARTESANÍA?

Yo soy nacida y criada acá en Pilén y mi mamá trabajaba como artesana, ella aun lo hace.

Aprendí mirándola, porque me gustaba verla en la greda. Cuando tenía unos ocho años, llegaba de la escuela y ella estaba trabajando y pensaba: quiero empezar a ganar mi platita, me gustaba, agarraba la greda y lo primero que hice fue la paila pequeñita y así fui aprendiendo a hacer la losa.

En esa época vivíamos de la artesanía, la gente de por acá trabajaba pura greda no más. Las huertas que hacían no eran para vender, solo para vivir y consumo de la casa.

¿QUÉ ES LO MÁS DIFÍCIL DEL TRABAJO ARTESANAL?

Hoy no se puede vivir solo de la artesanía, antes era mejor la venta de losa, cuando vino la pandemia, fueron menores las ventas.

Ya la gente no tiene interés en comprar. Nuestra competencia, la losa de Quinchamalí, por lo que nos dicen es más barata o en Pomaire. Encuentran que la nuestra es muy cara, nosotros nos instalamos en la calle Balmaceda miércoles y sábados, pero a veces no vendemos nada, no me va a creer usted que ni diez pesos.

A las ocho de la mañana estoy allá en Cauquenes, porque mi hijo me lleva a esa hora que él va a su trabajo temprano. Porque de repente como no hay locomoción, ahí estamos esperando a ver si pasará alguien que la lleva a una. 

Tiene mucho trabajo la losa, les voy a contar un poco del proceso:

Se va a buscar la greda, se machaca, se cierne, se moja, igual que hacer pan y después se trabaja. Son terrones que hay que machacar con un mazo y dejarla bien molidita y después hay que cernirla. Debe quedar como harina cruda, sin piedras, ni raíces, porque si no se va a soltar la loza. De ahí usted la moja y la hace artesanía, uno arma la pieza, la paila, por ejemplo.  Después de armarla, se deja un ratito que se oree para arreglarla y pegarle la oreja. Una vez que está armada, con un buen clima, en media hora tiene su proceso y está lista para pegarle las orejas. Luego toca alisarla y después rasparla, eso cuando hay sol. Si no hay, se demora en invierno dos o tres días y la losa no se le orea. Después de que está seca, uno la pone a cocer y se bruñe, que es la pulida que le hace. La pule, la pone al sol y después la cuece. Tiene que hacer una fogata y colocar a calentar la losa, porque si la va a echar así, se le va a saltar. Después que ya está negrita la losa se saca y cuanto usted tiene la fogata, pone toda en una ruma y le pone leña con toda la losa al rededor del fuego, o sea dentro del fuego, la tapa con guano y cuando está rojita la losa ya la comienza a sacar. Así queda lista para dejarla enfriar. Luego uno la limpia y la lleva al pueblo a vender.

Yo en el invierno no trabajo mucho porque no se vende. A uno no le dan ni ganas de trabajar. Me ha tocado ir a Cauquenes con el agua pegando en la espalda y nosotros afuera porque no tenemos techo. Un paragüitas no más, arrinconadas en la muralla mientras pasa agua y cuando no pasa el agua no sacamos nada, no vendemos ni un peso. No tenemos toldos, no estamos sindicalizadas, pasamos mucho frío. Es muy difícil si no se tienen las condiciones.

¿QUÉ LE HA DADO EL TRABAJO ARTESANAL?

Ganar plata no. Eso sí, lo bueno es que lo de nosotros no se echa a perder, así lo tengamos un año, dos años. Lo que hace falta es buscar más espacios donde se pudiera comercializar y que no tuviéramos sólo que depender de lo que es salir al mercado. Sería lindo que nosotros tuviéramos una entrega o dos al mes o cada tres meses que nos pidieran algo, que fuera seguido. Más que fuera de unos cien mil pesos, pero no se alcanza a hacer eso al mes.

Es que hay mucha competencia pienso yo, porque de todos lados siempre se van a ir a lo más barato, pero nosotras trabajamos todo solo a mano, otras usan tornos y máquinas para cocer, esa es la diferencia con otras loceras.

¿ES SOSTENIBLE SU ARTE DESDE LO AMBIENTAL? ¿ES SOSTENIBLE EL ACCESO A SU MATERIALIDAD?

Acceso si hay, pero tenemos que ir, picar, traer. Tenemos un lugar donde trabaja toda la gente con esa greda. Aunque es un lugar privado, el dueño nos permite sacar material. Nunca nos ha dicho que no y si el caballero un día falta o ya no está, la familia sabe, ya lo tienen hablado, porque son años de esto, ya no va a cambiar.

¿CÓMO HA SIDO EQUILIBRAR LA VIDA FAMILIAR CON LA ARTESANAL?

En el verano yo a las cuatro y media, cinco de la mañana, me levanto para que me rinda. A las ocho de la mañana ya tengo todas mis cosas hechas, lo de la casa y después me pongo solamente a trabajar en la greda, ya como a las diez, me paro a hacer el almuerzo mientras armo y se va secando o mientras se me orea, tengo tiempo para arreglarme. Así mismo era cuando mis hijos estaban pequeños, era más sacrificio porque yo tenía que darles la leche.

Ser mamá es muy duro, ellos ya como de chiquitito comenzaron a mirar y a ver. El mayor se llevaba la tabla de paila, porque yo hago una tabla de paila, él se acercaba y con los deditos me la apretaba por la curiosidad. Pero después yo le explicaba que no, porque eso era malo, que estaba trabajando y no tenía que romperme las pailas.

Soy la única que paro en mi casa y tengo que atender mi marido y aquí trabajo. Mi hija igual estudia, mi hijo trabaja, entonces a mí no me da tiempo de salir. Yo en lo personal no podría ir a otros lugares a comercializar, pero si hace falta. Mi marido, igual me ayuda a mí a tirar la greda, a buscar la leña, a buscar el guano en el verano, me ayuda harto.

¿DESPUÉS DE USTED QUIEN LEGA SU CONOCIMIENTO?

Ninguno de mis hijos. La niña no, ella nunca le ha gustado hacer eso, ni ayudarme a bruñir.

El hijo tampoco, él menos, pues sale a trabajar para los campos y ya a las seis de la mañana va de camino. Llega a casa por las doce de la noche, lo más tarde. Entonces menos le va a interesar hacer esas pegas. Tampoco mis sobrinos. Yo soy la última, aquí quedó esto, porque yo le aprendí a mi mamá y fui la única hija que continuó, porque mi otra hermana sabe trabajar, pero no le gustó y se fue para Cauquenes a trabajar de temporera. Es porque el sueldo así es seguro.

¿SE HA SENTIDO LIBRE SIENDO ARTESANA?

He hecho lo que he querido. porque una trabaja a su voluntad no más. Si quiere trabaja un rato y si quiere trabaja todo el día y si quiere uno, no trabaja nada. En el verano me gusta entrar a la vendimia, para descansar de la espalda unos diez días, solo eso y luego sigo con la losa. 

¿HA RECIBIDO APOYO (GUBERNAMENTAL/ ONG/ ETC.)?

Si, de repente sí. El señor Medel igual nos ayudó a nosotros a varias cosas, así como por ejemplo para que no pagáramos el puesto.

Nosotros no pagamos el puesto el día de feria, pero sí Impuestos Internos. Eso es harta ayuda porque a veces en toda la semana, miércoles y sábado, si no vendemos, menos vamos a tener para pagar el puesto.

¿CÓMO HA SIDO LA RELACIÓN CON LOS COMERCIANTES DE ARTESANÍAS?

Había un grupo de Santiago que nos encargaba un pedido dos veces al año, pero antes, ahora ya hace tiempo que no. Igual había un pedido del grupo de artesanos que nosotros estamos, ahí nos encargaron un pedido chiquitito ahora, pero ya hacían como tres años que no teníamos esas oportunidades.

¿VOLVERÍA A SER ARTESANA DE VOLVER A NACER?

Lo seguiría haciendo, yo sé trabajar en tomar uvas, para el tiempo de las vendimias, pero volvería a la losa, sigo en mi greda. Me gusta mi trabajo. Es un poco sacrificado y es lo que yo sé hacer.

A mí me encanta la cuestión de la losa, pero nadie quiere aprender y esto se va a terminar.

A mí me gustaría que los que vienen más adelante aprendieran y sigan el trabajo.

¿QUÉ MENSAJE LES DEJARÍA A LAS NUEVAS GENERACIONES?

Bueno a mí me gustaría que las nuevas generaciones aprendieran esto, no dará mucha plata, pero uno se entretiene y de repente si tiene sus ventas, uno agarra su plata. Sobre todo, se aprende algo de muchas generaciones para atrás, es todo un saber, que al perderse queda ahí no más, así que ojalá aprenda una persona joven.

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