Reflexión del Sacerdote Luis Humberto Alarcón

 



¡HEMOS ENCONTRADO AL MESIAS!

 

Jesús llama a sus discípulos no solo para que lo sigan, sino para que se adhieran a él en la fe y prolonguen su obra y misión. Por eso se entiende su pregunta a los discípulos de Juan: ¿Que buscan?, es decir, cuál es su interés, para que tomen conciencia de su propia situación ante él, y que decir, cuál es su interés, para que tomen conciencia de su propia situación ante él, y que quieren hacer de su vida. Porque el seguimiento de Jesús consiste en vivir al modo de Dios, pues él, - único, Rabbi o maestro-, señala el camino.

Asimismo, el llamado de Jesús implica el “compromiso” con su persona y el testimonio de vida. Si bien los discípulos han acogido el llamado, reconocen que el Maestro tiene algo que enseñarles que ellos aún no conocen. Sin embargo, una vez que aprenden la lección evangélica con Jesús no puede confinarse ni encerrarse. La fe no es únicamente para vivirla de forma intimista o personal con Dios, sino encerrarse. La fe no es únicamente para vivirla de forma intimista o personal con Dios, sino que es para compartirla con los hermanos; de lo contrario, se debilita y en algún momento muere.

Por eso que al constatar el venga y lo verán, los discípulos de Juan se dieron cuenta de que Jesús no les prometía fama, dinero, estatus o privilegios, porque simplemente, él lo llena todo. En efecto, no es que el dinero, el estatus o los propios bienes sean malos en sí mismo, lo malo esta cuando somos esclavos de esas cosas y no señores. Y lo que es peor, nuestra vida girará en torno a esos interese. Por lo tanto, el camino del seguimiento a Cristo invita al desprendimiento absoluto y a dejar llevar por una vida sensata: “La sabiduría se deja ver fácilmente por los que la aman, y encontrar por los que la buscan”. Solo desde esta perspectiva se entiende que todo “llamado” implica asumir un discípulo misionero ministerial para todo creyente y que nos lleva a reflexionar en esto: se salva solo el que tiene interés por salvar a otros”.  

“Ellos le respondieron: Rabbi – que traducido significa Maestro- ¿dónde vives? Vengan y lo verán”, les dijo. Fueron, vieron donde vivía y se quedaron con él ese día”.

PADRE. LUIS HUMBERTO ALARCÓN

PÁRROCO

PARROQUIA SANTO TORIBIO

CURANIPE

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