Reflexión por el Sacerdote Luis Humberto Alarcón



JESUS AMA, SANANDO Y DANDO VIDA

 

En el inicio de su misión de Galilea, Jesús, al sanar a la suegra de Pedro, confirma que el Reino de Dios es liberación del mal y curación integral. El mismo de cómo Jesús actúa es sencillo tiempo, profundo. Dice un adagio popular: “Es sencillo ser santo, lo difícil es ser sencillo”. Por eso la curación de los enfermos por Cristo es signo de que ha legado el Reinado de Dios y, una vez que fuera curada, la suegra de Pedro se puso a servirlos. En efecto, quien ha experimentado la presencia de Dios en su vida siente la necesidad de agradecer y de retribuir,

No obstante, la acción sanadora de Jesús no es, únicamente, la obra de un milagrero, terapeuta o médico. Porque, más allá de beneficiar a los demás, sus acciones tienen un trasfondo humano para erradicar todo aquello que limita al hombre y no lo hace feliz y libre. Por eso, siempre se manifiesta allí, donde la vida aparece más amenazada, malograda y aniquilada.

Sismo, en este episodio hay una presencia del ministerio espiritual del mal, incluso estos conocen y confirman la identidad de Jesús. Pero son silenciados por él, puesto que aún falta para que pase por el cadalso de su muerte en cruz. Además, es consciente de que su misión no es solo socorrer continuamente las necesidades de la gente, sino la de anunciar por toda GALILEA que el Reino de Dios ha llegado. Lástima que Simón y sus discípulos y nuestro corazón, vence la tentación de la popularidad fácil, simplemente porque el camino de la liberación se fragua en la entrega generosa, desinteresada y confiada en las manos de Dios.

“Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido”.

PADRE. LUIS HUMBERTO ALARCÓN

PÁRROCO

PARROQUIA SANTO TORIBIO CURANIPE

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