La labor del dirigente vecinal destaca en el trabajo comunitario, así como la del dirigente social. Cada 7 de agosto se conmemora el “Día Nacional del Dirigente Social y Comunitario”, lo cual llama a situarlos desde su rol en la promoción de la participación en el desarrollo vecinal, siendo un representante que promueve el diálogo con las autoridades, además de convenios que apuntan al desarrollo de su entorno. Igualmente, destaca su labor en identificar y gestionar la solución de problemas que se presentan en las diferentes localidades, así como proponer y ejecutar proyectos que beneficien a los vecinos.
Pertenecer a una junta de vecinos, permite ir más allá de
la mera organización para conocerse. Lleva consigo el abordaje de nuevos
desafíos para crear proyectos en común, permitir la generación de seguridad y
espacios tanto de esparcimiento como de avance para cada integrante de la
comunidad, además de la toma de decisiones frente al territorio.
Ahora bien, vale preguntarse: ¿cómo la Universidad
fortalece a los profesionales en formación para generar un aporte en aquellos
lugares donde se necesita una intervención que reconozca los distintos
intereses, motivaciones y anhelos de los sectores que conforman lo social?
Considero que la formación de los nuevos profesionales debe incluir estrategias
que promueven el encuentro y la reflexión para la generación de oportunidades
en donde estos mismos dirigentes, que son representación del tejido social,
puedan plasmar sus iniciativas para atender al desarrollo social y regional.
Las casas de estudios superiores por, sobre todo,
consideran un pilar de importancia la Vinculación con el Medio, que pretende
generar el acercamiento desde la academia al territorio, con propuestas que
promuevan la co-construcción de iniciativas que benefician tanto al profesional
en formación para entender los diferentes contextos, como a la población para
mejorar sus habilidades de representación, liderazgo, capacitación y/o
proyectos.
Siendo así, es necesario que los nuevos profesionales,
logren preguntarse en conjunto con la ciudadanía cómo queremos construir ciudad
y cómo deseamos planificar todas aquellas estrategias que beneficien el
desarrollo de cada uno de los sectores.
Recordemos que en muchas ocasiones el oficio de dirigente
se forma en el cotidiano de la representación de la necesidad, en la
manifestación de aquellas problemáticas que existen y que se encuentran en los
lugares que logran relevar los conflictos; necesario es que los profesionales
sepan incluir estos procesos en sus construcciones para la intervención social,
en sus técnicas, instrumentos y actividades, que develen lo que está en lo
identitario de esos lugares.
Considero, por tanto, que reconocer estos espacios
sociales es crucial, teniendo en cuenta los componentes de los territorios. Es
preciso entender que la construcción de las intervenciones necesita ser
configurada en las diversidades y la historicidad, en los momentos de hoy, que
están cimentados en los inicios que necesitan ser comprendidos para representar
su globalidad, los agentes, sus diversidades y las alternativas que se
legitimen.
Rodolfo Sandoval Barrientos
Académico de la carrera Trabajo
Social
Universidad Autónoma de Chile
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