· Este 6
de noviembre, se cumplió un nuevo aniversario del trágico suceso que enlutó a
la Institución de Carabineros de Chile; ceremonia que se desarrolló en el
monumento del Héroe de Carabineros de Chile que se ubica en Plaza Manso de
Velasco.
En una
ceremonia presidida por el Delegado
Presidencial Claudio Merino y el Prefecto de la Prefectura de
Carabineros de Linares, Coronel Carlos Tapia, se rindió este lunes un emotivo homenaje
en el frontis
de la Cuarta Comisaría de Carabineros de Cauquenes, tras cumplirse 58 años de
la muerte del Héroe Institucional del siglo XX, Teniente Hernán Merino Correa;
además participaron el Comisario (s) de Cauquenes, Capitán Amaro Gutiérrez;
Comisario de Chanco, Mayor José Miguel Muñoz; Directores de Seguridad Pública
de las comunas de Cauquenes y Pelluhue, Jorge Márquez y Herman García; Jefe de
la Unidad Penal de Gendarmería Mayor Felipe Espinoza; Concejal Guillermo García
y Alguaciles de la Institución Policial.
En la
ocasión hubo un minuto de silencio en memoria del mártir institucional bajo los
sones del toque de clarinete a cargo del profesor Álvaro Apablaza. También hubo
colocación de ofrenda floral a los pies del busto del Teniente Merino a cargo
del máximo Jefe Policial del Maule Sur y del Representante del Gobierno del
Presidente Gabriel Boric en la zona.
HISTORIA
El 6 de
noviembre de 2023 se cumplen 58 años del fallecimiento del Teniente Hernán Merino
Correa, en la zona de Laguna del Desierto mientras defendía la soberanía
nacional.
En la
antesala de la conmemoración del quincuagésimo octavo aniversario de la muerte
del Teniente Hernán Merino Correa, Carabineros de Chile rinde homenaje a su
loable figura y eterno legado de entrega, sacrificio y amor a la patria.
Hernán del
Carmen Francisco Merino Correa nació en Antofagasta, el 17 de julio de 1936,
hijo de Carlos Merino Charpentier, Capitán de Carabineros, y de Ana Correa de
la Fuente.
Responsable,
disciplinado, amistoso, inteligente, solidario, amante y protector de su
familia, desde siempre quiso servir al país y a la comunidad revestido del
verde uniforme, no sólo por el ejemplo de su padre, sino que también por su
gran vocación.
En 1957
egresó de la Escuela de Carabineros como Subteniente dando inicio a una
destacada trayectoria. Luego de su paso por diferentes destinaciones, con
apenas 27 años ya había protagonizado varios hechos que evidenciaron
tempranamente su arrojo y valentía: socorrió a la población de Valdivia en el
contexto del terremoto de 1960; también, salvó la vida de una madre y su hijo
que cayeron al río Mininco, en la región del Biobío; y en Puerto Aysén rescató
al único sobreviviente de un accidente aéreo, al que cargó sobre sus hombros
durante ocho horas hasta conseguir ayuda médica.
Un oficial
de Carabineros que a través del tiempo forjaría vocación de servicio público,
entrega, compromiso y profesionalismo más allá del deber. Un ejemplo de ese
cometido fue el patriotismo y la cercanía que cultivó con la comunidad: a cargo
de la Tenencia Cochrane recorría el pueblo y sus alrededores a caballo para
conversar con los pobladores y brindarles orientación. También, colaboró para
mejorar la atención de salud, ayudó a la habilitación de áreas verdes, promovió
la construcción de caminos y trabajó para la ampliación de la pista de
aterrizaje, entre otras loables acciones.
Justamente
en el extremo sur del país, el 6 de noviembre de 1965, daría su última y más
grande muestra de valor, patriotismo y determinación. En el marco de un tenso
conflicto limítrofe, en el sector de Laguna del Desierto, al acudir en apoyo de
su superior, el Mayor Miguel Torres Fernández, el Teniente Merino, con apenas
29 años, recibió un disparo que le provocó la muerte.
LEGADO
ETERNO
Tras dicho
acontecimiento, el pueblo de Chile salió a las calles para rendirle un
multitudinario homenaje y brindarle una última despedida. El Gobierno declaró
duelo nacional por tres días; y el entonces Presidente de la República, Eduardo
Frei Montalva, participó en la ceremonia fúnebre. Por su parte, el Congreso
aprobó una ley que lo ascendió de manera póstuma al grado de general al
fallecido oficial.
Desde
entonces varios establecimientos educacionales del país, al igual que diferentes
calles, espacios públicos e incluso conjuntos habitacionales llevan su nombre
en homenaje a su valor y legado. Motivo de agradecimiento y orgullo para toda
la institución, una figura que constituye un ejemplo a seguir y que es fuente
de inspiración inagotable para el desarrollo de la misión desplegada por
Carabineros y, más todavía, para quienes desempeñan labores en zonas
limítrofes, en el marco del resguardo de las fronteras nacionales y en el
cumplimiento del rol de integración nacional.
Tal como
lo enfatiza el Manual de Doctrina y Código de Ética de Carabineros, “falleció
el oficial de la institución, pero nació el único héroe chileno del Siglo XX.
Un hombre que rindió su vida en defensa de la soberanía nacional y que es un
ejemplo de entrega, valentía, honor, vocación y amor a su país”.
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