La iniciativa concretada por la Junta de Vecinos de Plaza Prat en la instalación de una Feria de las pulgas en las mañanas de los días domingos se hizo ascendente desde el minuto inicial con aceptación única a los vecinos del sector para que fuesen los animadores de ella, principalmente con la venta de ropas.
Con el transcurso del tiempo tuvo un ordenado y respetado funcionamiento,
gracias a la reglamentación y “rayado de la cancha” que estableció el equipo
directivo de la Junta.
Tan exitoso era el funcionamiento de la Feria que fue abriendo el apetito a
otros vendedores y vendedoras de otros barrios de la ciudad.
Durante el último tiempo, lamentablemente, se desbocó el ordenado
funcionamiento inicial de esta Feria lo que ha ocasionado múltiples
perturbaciones, comentadas y criticadas por los propios usuarios con llamado a
las autoridades para que hicieran presencia a fin de reestablecer el orden con
el cumplimento más que nada a la reglamentación vigente y al respeto a los
espacios de la plaza misma con sus áreas verdes incluidas.
En esta disyuntiva el domingo último hubo un control por parte de
carabineros e inspectores municipales y cuya presencia desencadenó
contradictorias opiniones y comentarios, siendo las más aterrizadas aquellas
que conoció este Medio de Comunicación en cuanto a que es muy necesario que
vengan muchos otros controles en el futuro, pues quien nada hace, nada teme.
“Si está establecida una tarifa por la instalación de un puesto, lo menos que
debemos hacer es cancelarla por lo que sería injusto que algunos/as no den
cumplimiento a esto”, argumento una de las feriantes.
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