EL QUE RECIBIÓ UNO SOLO, HIZO UN POZO Y ENTERRÓ EL
DINERO DE SU SEÑOR
según
la parábola de los talentos, somos invitados a trabajar por el reino de dios y
obtener los frutos que dios espera. sin embargo, se desprenden de esta casi
siempre una enseñanza pedagógica- moral y quizás no hemos reparado que el
verdadero talento que se nos ha dado es el propio “Jesús”. sin perjuicio de
ello, la parábola alcanza su punto de tensión en la conducta del sirviente con
su talento y su rendición de cuentas ante el juicio de dios.
en
los tiempos de Jesús, un talento equivalía a seis mil monedad de plata y un
denario era el salario por un día de trabajo. además, en la palestina del siglo
los bienes eran limitados, es decir, estaban repartidos entre las familias y no
podían aumentar. en consecuencia, cuando alguien se enriquecía lo hacía a costa
de otros. por eso que la avaricia y la ambición eran pecados graves y lo son
aún. no obstante, Jesús presenta una situación crítica y muestra un amor
exigente, que reclama para sí una lealtad a toda prueba. así con el reino de
dios: se entra en él o se queda afuera, se enriquece junto a él o se empobrece
cada día.
Jesús
denuncia la inconsecuencia de los que reciben su mensaje del reino y más tarde
se refugia estéril. porque han sido llamados para fructificar los talentos o
dones recibidos durante el tiempo presente. lástima que todavía algunos no
entienden que el más grande de los dones ha sido la participación en la vida
divina y lo que conocemos como la vida de la “gracia”. hoy no solo los ateos,
sino también cristianos, apáticos, empobrecidos en el espíritu y
desilusionados. lastimosamente, han olvidado que la fe y la gracia crecen
acogiéndolas, cuestionándolas completamente y sin esperar nada.
“Echen
afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar
de dientes”
PADRE. LUIS HUMBERTO ALARCÓN
PÁRROCO
PARROQUIA SANTO TORIBIO
CURANIPE
Comentarios
Publicar un comentario