Para la jefa de la hospedería
de Hogar de Cristo en Cauquenes, Ruth Jara Sánchez, el reencuentro entre un
padre y su hija tras una década sin verse ha sido uno de los episodios más
emocionantes de su carrera en la fundación. Ella y su equipo tuvieron la misión
de preparar para ese momento a Jorge Cortés, usuario de la hospedería, y
acompañarlo en la reunión con su hija Dennisse.
Dennisse Cortés (18) creció sin su padre, a quien vio por última vez cuando ella tenía ocho años. Al cumplir la mayoría de edad, se propuso buscarlo y el 3 de julio de 2024 ingresó a la Cuarta Comisaría de Carabineros en Rengo, donde ella vive, para pedir que le ayudaran a encontrarlo.
A través de la Unidad de Integración Comunidad Carabineros, MICC,
comenzaron las pesquisas primero en Concepción, donde Dennisse pensaba que
vivía su padre. Después, siguieron hasta la Región del Maule. Finalmente
descubrieron que Jorge Cortés vivía en Cauquenes, en la hospedería para
personas en situación de calle de Hogar de Cristo. El único dispositivo de este
tipo en la ciudad.
“Un día recibo un
llamado de Carabineros de Rengo, porque estaban intentando ubicar a una
persona. Los carabineros de Cauquenes les habían dado mi teléfono de contacto
ya que siempre trabajamos de manera colaborativa con ellos. Me preguntaron si
sabía de Jorge Cortés, quien lleva un año con nosotros en la hospedería y así
les confirmé su ubicación”, cuenta la trabajadora social, Ruth Jara Sánchez
(39), jefa del programa que acoge a 20 personas en situación de calle y que,
desde la pandemia, prácticamente no ha dejado de estar nunca con su capacidad
copada.
“Creo que es
por lo tranquila que es la ciudad, mucha gente que viene de paso decide
quedarse aunque sea para vivir en la calle”, explica. Se calcula que hay entre
45 y 50 personas en esa situación. Jorge Cortés, el protagonista de esta
historia, es uno de ellos.
La hospedería
del Hogar de Cristo se ubica en el sector céntrico, muy cerca del terminal de
buses y del hospital de Cauquenes. Ruth, quien fue contactada allí, no imaginó
que ese llamado le haría vivir uno de los momentos más emocionantes de sus diez
años trabajando en la fundación: el reencuentro de Jorge con su hija Dennisse,
tras una década sin verse.
CONSUMO DE ALCOHOL
Hace un año que
Jorge Cortés (56), soldador y electricista, llegaba esporádicamente a la
hospedería del Hogar de Cristo.
“Nos contó que
él trabajó mucho tiempo y muy bien en el norte, pero que lamentablemente cayó
en el consumo problemático de alcohol. Tuvo una infancia muy difícil. Pero su
hermana, Meredith, se acercó y estuvo siempre en contacto y preocupada de él”,
dice la trabajadora social.
Ese problema
significó la pérdida de trabajo y familia, como suele ocurrir en estos casos.
“En este
período con nosotros ha tenido sus recaídas. Es una persona muy educada,
respetuosa y servicial. A través de otra joven que hacía ruta calle, la hermana
de Jorge obtuvo mi teléfono y me empezó a contactar. Me llamó para preguntarme
por él. Ella lo intentó ayudar muchas veces pero pasa que ellos sienten
vergüenza de su situación y de ser ayudados por su familia. Prefieren alejarse
porque se sienten un estorbo, creen que van a molestar”, agrega Ruth.
Meredith ha
sido contante: “Pese a estar siempre en contacto, a veces se desesperaba porque
Jorge perdía su teléfono y se desaparecía”.
-¿Sabías
que él tenía hijos?
-Sabía que
había estado casado y tenía familia, pero no habíamos indagado más allá porque
tocarles ese tema resulta para ellos muy doloroso y sensible. Fue su hija
Dennisse quien lo buscó.
-¿Cuál
fue el primer paso a seguir después de saber que su hija lo buscaba?
-Iniciamos un
trabajo de conversación con él para contarle que su hija lo estaba buscando y
saber si él quería tener ese reencuentro, porque pasa a veces que ellos no
quieren saber nada de su familia. Jorge lo tomó muy bien, estaba feliz.
Empezamos a trabajar y prepararlo para ese momento. Todo en coordinación con
las comisarías de Rengo y de Cauquenes.
HERMOSO Y DESCONOCIDO GESTO
A las 8 de la
mañana del 18 de julio pasado, Denisse fue hasta la cuarta comisaría de
Cauquenes para viajar hasta Cauquenes acompañada por el suboficial, Marco Pérez
Cáceres, encargado de la Oficina Integración Comunitaria de Rengo y la
Suboficial, Catherine Gonzales Ramos, delegada de cuadrante.
Para Ruth,
quien tuvo la misión de acompañar a Jorge Cortés hasta la comisaría de
Cauquenes, fue una total sorpresa lo que ese día ocurrió.
“Resulta que
las mismas funcionarias habían hecho una colecta y preparado el almuerzo con
sus propias manos, arreglando todo para recibirnos a nosotros, a sus colegas de
la comisaría de Rengo y a Dennisse que venía con ellos. No esperé nunca ese
gesto tan hermoso”, recalca.
El emocionante
abrazo entre un padre y su hija ocurrió en total intimidad y solo se dio a
conocer la noticia a la prensa durante la primera semana de agosto. Así salió a
la luz la frase de Dennisse tras el reencuentro con su padre:
“No tengo las
palabras suficientes para expresar lo agradecida que estoy con Carabineros. Me
ayudaron mucho y en todo momento me sentí acogida por ellos, pero también sentí
el respeto a mi espacio para compartir con mi padre. Fue una gran experiencia,
muy bonita”.
IMPORTANTE MOTIVACIÓN
Pasado ya poco
más de un mes de este hecho, Ruth Jara evalúa: “Yo creo que él necesitaba esta
motivación, porque ahora está con cero consumos de alcohol. Con mi equipo en la
hospedería, lo estamos apoyando mucho en el tema de empleo, tiene pololitos, y
le damos todas las facilidades. Lo hemos ayudado en su papeleo, lo vinculamos
con la red salud, tiene sus controles médicos al día para que pronto pueda
ingresar a un programa de tratamiento para el consumo de alcohol”.
Agrega que
Jorge Cortés ha tomado decisiones importantes como, por ejemplo, alejarse de
personas que no le ayudan a salir adelante y asistir a una iglesia evangélica,
como resultado de su búsqueda de ayuda espiritual.
“Mantiene
contacto con su hija que vive en Rengo y con su hermana Meredith todos los
días. Les manda fotos, conversa con ellas”, dice, junto con reafirmar la
importancia de retomar el vínculo familiar en todo lo que es el proceso de
reinserción social.
“Nosotros les decimos a todos nuestros participantes que somos un piso
para que puedan superarse. La idea no es que continúen donde están, sino que
tengan herramientas para tener su propio hogar, porque la calle es muy dura y
en especial cuando empiezas a envejecer. Trabajamos para que los que son
pensionados puedan acceder a subsidios de arriendo. Hacemos todo lo necesario
para ayudarles a reinsertarse. Jorge ha tenido la fuerza de voluntad y las
ganas de superarse, como equipo lo estamos apoyando con todo para que esto sea
así”.
Para Ruth, lo más importante es creer en él. “Yo creo en Jorge, la gente
ha perdido mucho esa confianza y credibilidad, pero nosotros confiamos en lo
que estamos haciendo por las personas en situación de calle. Si nosotros no
creemos en ellos, ¿cómo podemos pedirle al resto de la sociedad
que lo haga?”.
Comentarios
Publicar un comentario